Fotografiar la luna, es algo que probablemente todos hayamos querido hacer o hemos hecho alguna vez en nuestra vida de fotógrafos. Pero no siempre sacamos lo que hemos deseado o lo que nuestro ojo está viendo. Y es que eso que a la vista es tan bonito y místico, no siempre se captura con la cámara.
Esta es mi primera foto de la luna y su entorno. No fue exactamente lo que buscaba, pero aprendí unas cuantas cosas. La luna salió "quemada" como si de una bombilla se tratara y además se reflejó en la parte inferior de la foto, pero eso si, conseguí que salieran las nubes de debajo.
Luego, decidí centrarme pura y exclusivamente en la luna, olvidándome del entorno. Con un 300mm, apoyándome en el capó de un coche, una ISO 800 y con medición de luz puntual obtuve mejores resultados.
Conseguí más detalles de la luna, aunque debido a la ISO alta y a la baja velocidad de disparo, la foto no quedó bien enfocada.
Repetí la experiencia con la misma ISO, pero con luna llena, por lo que era más luminosa y pude aumentar la velocidad de disparo. Además le añadí un ligero enfoque por software y el resultado mejoró considerablemente.
Luego, un amigo fotógrafo me dijo que ideal para sacar bien una luna era usar la combinación f11, 1/60 y con una ISO no superior a 200, disparando en RAW. Está claro que lo ideal es un buen apoyo para esta velocidad, sobretodo si usas un tele o un zoom potente. No es una combinación fija, pero moviéndote en estos parámetros, el resultado es bastante óptimo.
La última que saqué fue hace unas noches en Cardiff, Gales y me gusta como quedó. Estoy muy contento con el resultado y quiero dedicársela a esa persona que me ha hecho volver a escribir este blog.